Lamentablemente, desde la revolución industrial, hay una cantidad cada vez mayor de paisajes sonoros únicos que o bien han desaparecido completamente o se han sumergido dentro de una nube de ruido homogéneo y anónimo que constituye el paisaje sonoro de las ciudades contemporáneas, con su omnipresente tónica: el trafico.
Lo-Fi: Después de la revolución industrial.
En el paisaje sonoro lo-fi, los sonidos con significado, pueden ser enmascarados de tal manera que se produzca una reducción del "espacio auditivo" de los individuos. En aquellos casos en que el efecto es tan pronunciado que un individuo no puede escuchar mas los sonidos reflejados de su propio movimiento o voz, el espacio auditivo se ha reducido efectivamente hasta encerrar el individuo, aislando al oyente del medio ambiente.
Si el enmascaramiento de los sonidos reflejados o directos es tan severo que el individuo no puede escuchar sus propios pasos " el espacio auditivo de las personas se ha reducido por debajo de las proporciones humanas" (Truax 1984). Bajo condiciones extremas, o bien el sonido se asfixia, o bien los sonidos se funden y la información acústica se transforma en anti-información: ruido.
El "lo-fi" se caracteriza por un nivel casi constante. Esto crea una "pared sonora" que aísla al oyente de su entorno:
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